martes, 22 de mayo de 2012

Gracias ventanilla

Hoy tengo que darle las gracias a aquella maravillosa ventanilla del tren de Cercanías. Ventanilla de la parte izquierda, segunda planta del penúltimo vagón del convoy.
¿Qué hubiese sido de mi, un lunes al regresar del trabajo, tras once estupendas horas sentando delante de un monitor estático, con vocablos que solo lás máquinas entienden una vez las compilan?

Como es costumbre llegué a la estación y el tren que estaba en las vías no aceptaba viajeros, pero como no tenía otra cosa que hacer esperé pacientemente con el sol a la espalda, me gusta. Una vez llegó el "rodailes" salvador accedí a la planta de los no vagos y con fuerza de voluntad, es decir, subí las escaleras que llevan a la segunda planta del vagón, donde hay poca gente y uno puede regresar tranquilo al hogar.

Durante el camino, que dura alrededor de quince minutos, atravieso un bello parque (necesito conocerlo y pasar una tarde con mi perra) donde las parejas practican el "frotting", otros pasean, los niños juegan y remueven ácaros; más tarde atravesamos la 'Casa de 'Campo' que está muy verde por estas fechas. Soy alérgico, pero no guardo rencor a las plantas, me caen bien, además entre ellas los conejos, que abudan por ahí, se quedan pasmados mientras pasamos los bípedos encerrados en la caja de hojalata refrigerada con franjas rojas.

Y tras diez largos minutos disfrutando del paisaje aparecen ladrillos, basura en los bordes de las vías y pintadas "everywhere", he llegado a mi destino, aquí me bajo.

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